REVISTA PANORAMA SOCIAL EDICIÓN 69
LA MINGA NOS CONTAGIÓ DE ALEGRÍA, FUERZA Y AMOR POR LA VIDA, LA DEMOCRACIA Y LIBERTAD
Desde la llegada de la pandemia no nos habíamos movilizado con el carácter de las últimas movilizaciones. La Minga indígena inició en el Departamento del Cauca. Los indígenas han venido siendo víctimas de masacres, como en otros lugares. También han solicitado desde hace mucho tiempo al gobierno que dialogue con ellos sobre los diferentes problemas en su región. La lucha por la tierra allí es fundamental. La presencia de actores armados también es un flagelo en esta región. La llegada de la Minga después de transitar por varias ciudades intermedias a Bogotá, estuvo caracterizada porque el gobierno nacional no quería que llegaran a la capital y planteó siempre la preocupación por los contagios e insistió en que “querían dialogar y que habían cumplido los acuerdos con los indígenas”. De tal manera que la llegada de la Minga a Bogotá coincidió con una decisión del Comité Nacional de Paro.
Celebramos el apoyo de la Alcaldía de Bogotá para garantizar que la Minga llegara y se ubicara en un sitio que fue devuelto en perfectas condiciones. El gobierno de Duque talvez no quiere a la Minga, pero la gente por donde quiera que pasó la recibió con simpatía, alegría y estímulo a una lucha digna, organizada y disciplinada, características de la Guardia indígena que sabe manejar este tipo de movilizaciones. Como ellos mismos dicen: hacen que la palabra camine y se defienda la paz y los territorios, fundamentales en la cosmovisión que tienen nuestros ancestros, en el tema de lo que significa la tierra, la Pacha Mama.
Para el Comité Nacional de Paro del cual somos parte, realizamos un balance altamente positivo en Bogotá y en otras capitales del país. Dicen que los paros y las movilizaciones conspiran contra la reactivación económica que están soñando algunos gremios empresariales. Nos preguntamos, ¿no es malo si la gente se contagia yendo a trabajar o comprando en tiendas pero sí es malo si se moviliza y protesta? Entre morir de hambre y morir por Covid, las personas prefieren morir peleando y reivindicando sus derechos.