REVISTA PANORAMA SOCIAL EDICIÓN 47

POR EL RESPETO A LOS DERECHOS SINDICALES

 

Como hemos dicho, no hay nada más feo que en un país donde gobierna un premio Nobel de Paz se declare la guerra a los sindicatos y que el peso del Nobel no se traduzca en el respeto a los derechos humanos y desde luego también a los derechos sindicales.

La libertad sindical se está malogrando, en la medida que el modelo sindical preexistente permite la proliferación de sindicatos, mientras no crece la población de trabajadores organizados, tal y como afirma Jairo Villegas Arbeláez en Qué sucede con los sindicatos donde se menciona la aparición de sindicatos de papel y tráfico de afiliados.

Entre tanto, resaltamos el surgimiento de sindicatos reales como los creados en Colciencias y en la Superintendencia de Servicios Públicos Domiciliarios. Esto nos deja lecciones como la denuncia hecha por Asocolciencias, respecto de la actitud de algunos jefes que amenazan a los empleados que se afilian al sindicato, con la cercanía de la evaluación del desempeño, con ser discriminados para acceder a la capacitación o prometer la dádiva de que “si se retiran, les devolverán la ruta”.

Por otra parte, en la Superintendencia de Servicios, donde el superintendente intenta sorprendernos afirmando ser el defensor de los derechos de los trabajadores, mientras retiró a 900 operarios y “creará empleos formales” modernizando la entidad, como quien dice ‘no necesitamos de sindicato’ pues ya lo tienen a él.

En 4-72 y en otras entidades que conocemos, donde como niños malcriados, los altos directivos patalean y cuestionan el ejercicio de la libertad sindical, como si fuera un ataque personal señalando “que no quieren a la entidad” por el simple hecho de organizar o afiliarse al sindicato.

Podríamos así extendernos en una larga lista de hechos que evidencian que no hay una política de Estado que garantice los derechos laborales de asociación, negociación colectiva y huelga. Por ejemplo, en el INPEC se revocaron los permisos a la UTP, con más de 6000 afiliados, como si fuera un sindicato de 60 personas.

En contrapartida, esperamos que Fernando Carrillo, nuevo Procurador, sea garante de que los altos funcionarios del Estado respeten las leyes y convenios de la OIT, así como los derechos consignados en la Constitución Política de Colombia y que vigile que los inspectores y jueces del trabajo ejerzan el control y fortalezcan estos derechos, a pesar de que en la rama Judicial también se vulneran los derechos de sus propios trabajadores.

Bajo estas condiciones, se avecina un nuevo capítulo de la Negociación del Pliego Unificado Nacional que sigue manteniendo el proceso de unidad de acción que hemos construido los trabajadores Estatales desde las centrales CGT, CUT y CTC, así como sus federaciones FECODE, FENALTRASE, FECOTRASERVIPÚBLICOS y UTRADEC-CGT, refrendado recientemente en los Encuentros Nacional y Distrital de trabajadores Estatales, culminado un proceso de más de 3 meses de trabajo, en la redacción, correcciones y aportes de miles de trabajadores que a lo largo y ancho de nuestro país, vienen haciendo asambleas. La CGT y UTRADEC en Junta Confederal ampliada y Junta Nacional, respectivamente ya lo han hecho, también para aprobar sus propios pliegos en Departamentos, Municipios y otras entidades, los cuales fueron radicados simultáneamente el 28 de febrero de 2017 en todo el país.

En Bogotá, marchamos desde la calle 19 con carrera 7. Primero hacia la Alcaldía Mayor de Bogotá a radicar el Pliego Unificado Distrital y luego a la Presidencia de la República en donde presentamos el Pliego Unificado Nacional.

Formalmente afrontaremos una nueva negociación y aspiramos que haya acuerdo. Sin embargo, eso no basta pues el gobierno de Juan Manuel Santos ha venido probando sucesivamente que puede firmar acuerdos que luego incumple olímpicamente sin ruborizarse

 

Revista Panorama Social Edicón No. 47